

Entrenar en verano: adapta tu rutina al calor sin perder el ritmo
Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, mantener la rutina de entrenamiento puede convertirse en todo un reto. Sin embargo, con algunos ajustes estratégicos, es posible seguir en forma y evitar los riesgos asociados al calor. En este artículo te explicamos cómo adaptar tus entrenamientos veraniegos para mantener el rendimiento sin comprometer tu salud.
1. La ropa: tu primera barrera contra el calor
Durante los meses más cálidos, es fundamental elegir prendas transpirables y ligeras. Opta por tejidos técnicos que absorban el sudor y permitan una buena ventilación, como el poliéster. En Numbi Sport utilizamos poliéster de la mejor calidad: es un tejido muy transpirable, ligero y suave con la piel. Perfecto para entrenar sin rozaduras ni incomodidades. Evita el algodón, ya que retiene la humedad y puede causar rozaduras. Los colores claros también ayudan a reflejar el sol en lugar de absorberlo.
2. Hidratación: la clave invisible del rendimiento
Beber agua antes, durante y después del ejercicio es imprescindible en verano. La pérdida de líquidos a través del sudor es mayor, y no reponerlos puede llevar a la deshidratación o incluso a un golpe de calor. Considera tomar bebidas isotónicas que también reemplacen los electrolitos perdidos.
3. Ajusta la intensidad y los horarios
No es necesario abandonar tus objetivos, pero sí adaptarlos. Reduce la intensidad en los días más calurosos y presta atención a las señales de tu cuerpo. Entrenar a primera hora de la mañana o al final de la tarde es ideal para evitar las horas de máximo calor. En sesiones al aire libre, busca zonas con sombra o realiza parte del entrenamiento en interiores.
4. Escucha a tu cuerpo
Fatiga excesiva, mareos, náuseas o calambres son signos de que algo no va bien. En estos casos, es mejor parar, hidratarse y buscar un lugar fresco. La prevención es siempre la mejor estrategia.
Conclusión
El verano no tiene por qué ser un obstáculo para tus entrenamientos. Con ropa adecuada, una buena hidratación y ajustes inteligentes en la intensidad y los horarios, puedes seguir entrenando de forma segura y eficaz. Escuchar a tu cuerpo y ser flexible son las claves para mantener la constancia sin poner en riesgo tu salud.
¡No dejes que el calor frene tu motivación!
